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El PSOE se enfrenta a un escándalo por las acusaciones contra Paco Salazar, exsecretario general de Coordinación Territorial, en medio de la campaña electoral en Extremadura.

El PSOE se enfrenta a un escándalo por las acusaciones contra Paco Salazar, exsecretario general de Coordinación Territorial, en medio de la campaña electoral en Extremadura.

Salazar ha sido acusado de acoso sexual, creación de un ambiente laboral hostil y presuntas irregularidades en contrataciones, lo que suscita sospechas de malversación. Estos señalamientos han originado una crisis de confianza para el PSOE justamente cuando se encuentra en campaña, poniendo en jaque su imagen y respuesta a actividades relacionadas con la igualdad de género.

El PSOE se enfrenta a un escándalo por las acusaciones contra Paco Salazar, exsecretario general de Coordinación Territorial, en medio de la campaña electoral en Extremadura.

Salazar ha sido acusado de acoso sexual, creación de un ambiente laboral hostil y presuntas irregularidades en contrataciones, lo que suscita sospechas de malversación. Estos señalamientos han originado una crisis de confianza para el PSOE justamente cuando se encuentra en campaña, poniendo en jaque su imagen y respuesta a actividades relacionadas con la igualdad de género.

La dirección del PSOE ha recibido críticas por su gestión del caso, en particular por no elevar la situación a la Fiscalía a pesar de las presiones internas. Esto ha generado tensiones significativas dentro del partido y ha abierto un debate sobre su compromiso con la protección de los derechos de las mujeres.

El PSOE se enfrenta a un escándalo por las acusaciones contra Paco Salazar, exsecretario general de Coordinación Territorial, en medio de la campaña electoral en Extremadura.

Salazar ha sido acusado de acoso sexual, creación de un ambiente laboral hostil y presuntas irregularidades en contrataciones, lo que suscita sospechas de malversación. Estos señalamientos han originado una crisis de confianza para el PSOE justamente cuando se encuentra en campaña, poniendo en jaque su imagen y respuesta a actividades relacionadas con la igualdad de género.

La dirección del PSOE ha recibido críticas por su gestión del caso, en particular por no elevar la situación a la Fiscalía a pesar de las presiones internas. Esto ha generado tensiones significativas dentro del partido y ha abierto un debate sobre su compromiso con la protección de los derechos de las mujeres.

Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, ha aprovechado la situación para cuestionar la respuesta del PSOE, lo que ha intensificado la controversia y ha acentuado el escrutinio público sobre cómo los partidos políticos manejan las alegaciones de acoso. La falta de una respuesta clara y efectiva podría llevar a consecuencias aún más severas para el partido en el contexto electoral.