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Yelenis Pérez, una inmigrante cubana de 55 años, enfrenta la deportación a pesar de haber cumplido una condena hace 28 años, destacando las políticas migratorias de la administración Trump.
Yelenis Pérez, una inmigrante cubana de 55 años, enfrenta la deportación a pesar de haber cumplido una condena hace 28 años, destacando las políticas migratorias de la administración Trump.
Pérez ha trabajado durante 27 años en la Universidad de Tampa y ha formado una familia en Estados Unidos, pero vive con el miedo a ser separada de su hogar debido a su estatus migratorio.
Yelenis Pérez, una inmigrante cubana de 55 años, enfrenta la deportación a pesar de haber cumplido una condena hace 28 años, destacando las políticas migratorias de la administración Trump.
Pérez ha trabajado durante 27 años en la Universidad de Tampa y ha formado una familia en Estados Unidos, pero vive con el miedo a ser separada de su hogar debido a su estatus migratorio.
Asimismo, Rafael Collado, quien cumplió 17 años de condena, se encuentra en una situación similar tras ser detenido en una cita con inmigración, lo que ilustra la disparidad de oportunidades que enfrentan los ciudadanos frente a los inmigrantes en EE. UU.
Yelenis Pérez, una inmigrante cubana de 55 años, enfrenta la deportación a pesar de haber cumplido una condena hace 28 años, destacando las políticas migratorias de la administración Trump.
Pérez ha trabajado durante 27 años en la Universidad de Tampa y ha formado una familia en Estados Unidos, pero vive con el miedo a ser separada de su hogar debido a su estatus migratorio.
Asimismo, Rafael Collado, quien cumplió 17 años de condena, se encuentra en una situación similar tras ser detenido en una cita con inmigración, lo que ilustra la disparidad de oportunidades que enfrentan los ciudadanos frente a los inmigrantes en EE. UU.
Estos casos reflejan un estigma persistente hacia los inmigrantes, quienes, a pesar de haber pagado sus deudas con la sociedad, siguen enfrentando amenazas de deportación y la ruptura de sus familias.
Yelenis Pérez, una inmigrante cubana de 55 años, enfrenta la deportación a pesar de haber cumplido una condena hace 28 años, destacando las políticas migratorias de la administración Trump.
Pérez ha trabajado durante 27 años en la Universidad de Tampa y ha formado una familia en Estados Unidos, pero vive con el miedo a ser separada de su hogar debido a su estatus migratorio.
Asimismo, Rafael Collado, quien cumplió 17 años de condena, se encuentra en una situación similar tras ser detenido en una cita con inmigración, lo que ilustra la disparidad de oportunidades que enfrentan los ciudadanos frente a los inmigrantes en EE. UU.
Estos casos reflejan un estigma persistente hacia los inmigrantes, quienes, a pesar de haber pagado sus deudas con la sociedad, siguen enfrentando amenazas de deportación y la ruptura de sus familias.
Las historias de Yelenis y Rafael ponen de manifiesto el desafío que enfrentan los inmigrantes para dejar atrás su pasado en un sistema que constantemente los coloca en la cuerda floja, minando sus sueños de un futuro mejor.
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