Cuando “el piso de la abuela” es la única salida para independizarse: “Los jóvenes solo nos podemos emancipar de carambola”

Sonia y su pareja se independizaron al ocupar un piso de la abuela de él, destacando las dificultades que enfrentan los jóvenes en Barcelona para encontrar vivienda.

En Cataluña, los precios de alquiler promedian 1,072 euros mensuales, lo que empuja a muchos jóvenes, como Ona, una periodista de 26 años, a depender de herencias familiares para emanciparse. Esta situación se complica por los bajos salarios y la inestabilidad en el empleo, lo que hace que el acceso a una vivienda asequible sea un desafío casi insuperable.

El Sindicat de Llogateres ha solicitado la regulación de los precios de alquiler para evitar la especulación en el mercado, lo que afectaría positivamente a los arrendatarios. Además, jóvenes inquilinos han denunciado prácticas discriminatorias en la obtención de viviendas, lo que agrava aún más la difícil situación.

La creciente demanda de medidas públicas para garantizar el derecho a una vivienda digna subraya la necesidad de abordar las desigualdades estructurales presentes en el mercado inmobiliario, lo que pone de relieve la importancia de soluciones efectivas y sostenibles.

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