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España enfrenta un notable envejecimiento poblacional que ha alterado la dinámica del mercado laboral, con un incremento significativo en el número de afiliados a la Seguridad Social mayores de 64 años.
España enfrenta un notable envejecimiento poblacional que ha alterado la dinámica del mercado laboral, con un incremento significativo en el número de afiliados a la Seguridad Social mayores de 64 años.
En seis años, las cifras de afiliados en este grupo etario se duplicaron de 216,685 a 438,801, a pesar de que la población total en esa franja de edad solo creció un 12%. Paralelamente, ha habido un aumento del 43% en los trabajadores de 60 a 64 años y del 22% entre los de 50 a 59 años, mientras que el número de trabajadores de 31 a 44 años disminuyó en un 5,2%.
España enfrenta un notable envejecimiento poblacional que ha alterado la dinámica del mercado laboral, con un incremento significativo en el número de afiliados a la Seguridad Social mayores de 64 años.
En seis años, las cifras de afiliados en este grupo etario se duplicaron de 216,685 a 438,801, a pesar de que la población total en esa franja de edad solo creció un 12%. Paralelamente, ha habido un aumento del 43% en los trabajadores de 60 a 64 años y del 22% entre los de 50 a 59 años, mientras que el número de trabajadores de 31 a 44 años disminuyó en un 5,2%.
Las reformas implementadas en materia de jubilación han sido una de las principales fuerzas detrás de estos cambios, aumentando la edad de retiro y penalizando el retiro anticipado. Estas medidas buscan gestionar el impacto que la generación del baby boom tendrá sobre los gastos públicos en pensiones, fomentando así la permanencia de los trabajadores mayores en el mercado laboral.
España enfrenta un notable envejecimiento poblacional que ha alterado la dinámica del mercado laboral, con un incremento significativo en el número de afiliados a la Seguridad Social mayores de 64 años.
En seis años, las cifras de afiliados en este grupo etario se duplicaron de 216,685 a 438,801, a pesar de que la población total en esa franja de edad solo creció un 12%. Paralelamente, ha habido un aumento del 43% en los trabajadores de 60 a 64 años y del 22% entre los de 50 a 59 años, mientras que el número de trabajadores de 31 a 44 años disminuyó en un 5,2%.
Las reformas implementadas en materia de jubilación han sido una de las principales fuerzas detrás de estos cambios, aumentando la edad de retiro y penalizando el retiro anticipado. Estas medidas buscan gestionar el impacto que la generación del baby boom tendrá sobre los gastos públicos en pensiones, fomentando así la permanencia de los trabajadores mayores en el mercado laboral.
A pesar de la creciente participación de los mayores, este envejecimiento demográfico presenta varios desafíos, especialmente en sectores laborales que requieren esfuerzo físico. Un 45% de los trabajadores mayores de 64 años son autónomos, un porcentaje que contrasta notablemente con el 16% de la media nacional. Además, su acceso a pensiones es menor, lo que motiva su participación activa en el mercado.
España enfrenta un notable envejecimiento poblacional que ha alterado la dinámica del mercado laboral, con un incremento significativo en el número de afiliados a la Seguridad Social mayores de 64 años.
En seis años, las cifras de afiliados en este grupo etario se duplicaron de 216,685 a 438,801, a pesar de que la población total en esa franja de edad solo creció un 12%. Paralelamente, ha habido un aumento del 43% en los trabajadores de 60 a 64 años y del 22% entre los de 50 a 59 años, mientras que el número de trabajadores de 31 a 44 años disminuyó en un 5,2%.
Las reformas implementadas en materia de jubilación han sido una de las principales fuerzas detrás de estos cambios, aumentando la edad de retiro y penalizando el retiro anticipado. Estas medidas buscan gestionar el impacto que la generación del baby boom tendrá sobre los gastos públicos en pensiones, fomentando así la permanencia de los trabajadores mayores en el mercado laboral.
A pesar de la creciente participación de los mayores, este envejecimiento demográfico presenta varios desafíos, especialmente en sectores laborales que requieren esfuerzo físico. Un 45% de los trabajadores mayores de 64 años son autónomos, un porcentaje que contrasta notablemente con el 16% de la media nacional. Además, su acceso a pensiones es menor, lo que motiva su participación activa en el mercado.
En cuanto a las condiciones laborales, los asalariados mayores están viendo mejoras salariales, alcanzando un promedio de 30,931 euros brutos en 2023, lo que representa un aumento del 24% en comparación con 2019. Muchos prefieren trabajar en sectores menos exigentes físicamente, como comercio y servicios profesionales, sanitarios y sociales, reflejando una fuerza laboral más envejecida y diversa que demanda atención especial a sus retos y oportunidades.
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