La Altadena que no ardió la salvaron los vecinos con sus propias manos: “He trabajado toda mi vida, ¿y perderlo todo en una noche? Voy a luchar”

En Altadena, la comunidad enfrentó un incendio forestal amenazante con valentía y cooperación. Paul Méndez, un inmigrante mexicano, se mantuvo firme en su casa, defendiendo su propiedad y la de sus vecinos, motivado por su historia personal y la memoria de su hijo. Gregory Dane, un artista de 67 años, utilizó una manguera para rodear su hogar en llamas, agradeciendo una intervención divina que preservó su arte. Shane Jordan, un músico, creó patrullas con vecinos para contrarrestar el fuego, compartiendo recursos y uniendo esfuerzos en un momento crítico. La solidaridad y la resiliencia comunitaria permitieron no solo la protección de sus hogares, sino también la creación de historias inspiradoras de valentía en tiempos de crisis.

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