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Las autoridades brasileñas han lanzado una operación masiva contra el Primeiro Comando da Capital (PCC), con el objetivo de desmantelar su red financiera.

Las autoridades brasileñas han lanzado una operación masiva contra el Primeiro Comando da Capital (PCC), con el objetivo de desmantelar su red financiera.

Un total de 1.400 agentes han sido desplegados en ocho estados para llevar a cabo arrestos y registros relacionados con el PCC, un grupo criminal que ha infiltrado la economía brasileña con sus operaciones ilegales.

Las autoridades brasileñas han lanzado una operación masiva contra el Primeiro Comando da Capital (PCC), con el objetivo de desmantelar su red financiera.

Un total de 1.400 agentes han sido desplegados en ocho estados para llevar a cabo arrestos y registros relacionados con el PCC, un grupo criminal que ha infiltrado la economía brasileña con sus operaciones ilegales.

La operación busca arrestar a 40 personas y registrar 255 empresas vinculadas al PCC, que cuenta con aproximadamente 35.000 miembros. Desde 2020, el grupo ha generado una colosal suma de 62.000 millones de reales a través de actividades ilegales, incluyendo la gestión de mil gasolineras y 40 fondos de inversión.

Las autoridades brasileñas han lanzado una operación masiva contra el Primeiro Comando da Capital (PCC), con el objetivo de desmantelar su red financiera.

Un total de 1.400 agentes han sido desplegados en ocho estados para llevar a cabo arrestos y registros relacionados con el PCC, un grupo criminal que ha infiltrado la economía brasileña con sus operaciones ilegales.

La operación busca arrestar a 40 personas y registrar 255 empresas vinculadas al PCC, que cuenta con aproximadamente 35.000 miembros. Desde 2020, el grupo ha generado una colosal suma de 62.000 millones de reales a través de actividades ilegales, incluyendo la gestión de mil gasolineras y 40 fondos de inversión.

Las acusaciones contra el PCC incluyen lavado de dinero y crímenes ambientales, reflejando una diversificación de sus actividades desde lo ilícito hacia lo legal. A pesar de reiteradas presiones de Estados Unidos, Brasil no ha clasificado al PCC como organización terrorista, lo que genera tensiones en las relaciones internacionales.