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El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, lideró una marcha en San José solicitando la renuncia del fiscal general Carlo Díaz, al que acusa de interferir en su gobierno por motivos políticos.

El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, lideró una marcha en San José solicitando la renuncia del fiscal general Carlo Díaz, al que acusa de interferir en su gobierno por motivos políticos.

Chaves, quien no tiene la posibilidad de postularse de nuevo tras su mandato, ha estado en conflicto con el Poder Judicial, sosteniendo que este está ‘capturado por élites’ que obstaculizan sus iniciativas. Por su parte, Díaz rechazó la protesta, considerándola un ataque a la separación de poderes.

El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, lideró una marcha en San José solicitando la renuncia del fiscal general Carlo Díaz, al que acusa de interferir en su gobierno por motivos políticos.

Chaves, quien no tiene la posibilidad de postularse de nuevo tras su mandato, ha estado en conflicto con el Poder Judicial, sosteniendo que este está ‘capturado por élites’ que obstaculizan sus iniciativas. Por su parte, Díaz rechazó la protesta, considerándola un ataque a la separación de poderes.

La manifestación notoria refleja un creciente descontento con la justicia en Costa Rica, evidenciado por el apoyo popular que Chaves ha recibido, a pesar de las acusaciones de irregularidades durante su administración. Este fenómeno destaca las tensiones entre el ejecutivo y el sistema judicial del país, aumentado la polarización en el discurso político.

El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, lideró una marcha en San José solicitando la renuncia del fiscal general Carlo Díaz, al que acusa de interferir en su gobierno por motivos políticos.

Chaves, quien no tiene la posibilidad de postularse de nuevo tras su mandato, ha estado en conflicto con el Poder Judicial, sosteniendo que este está ‘capturado por élites’ que obstaculizan sus iniciativas. Por su parte, Díaz rechazó la protesta, considerándola un ataque a la separación de poderes.

La manifestación notoria refleja un creciente descontento con la justicia en Costa Rica, evidenciado por el apoyo popular que Chaves ha recibido, a pesar de las acusaciones de irregularidades durante su administración. Este fenómeno destaca las tensiones entre el ejecutivo y el sistema judicial del país, aumentado la polarización en el discurso político.

Este clima de descontento sugiere que la relación entre el presidente y el poder judicial continuará siendo un tema candente en la política costarricense, lo que podría tener repercusiones en la estabilidad y la gobernanza del país a largo plazo.