Turistas somos casi todos: el modo avión y el espejismo de bienestar cuando viajamos | ¿Sirve de algo declarar la emergencia internacional por la viruela del mono?

En una tarde de mediados de julio en la península ibérica, el narrador se encuentra en casa utilizando las funciones de su teléfono móvil, donde se sorprende al ver un icono de avión. Reflexiona sobre el modo avión como un interruptor que permite a los viajeros velar por la seguridad durante los vuelos. Se enfatiza la importancia de la tecnología en la vida moderna y la idea de la globalización tecnológica que equipara al ser humano con un turista. Se menciona que el modo avión se implementó por primera vez por cuestiones de seguridad durante los vuelos. Se destaca la facilidad con la que la sociedad actual ha integrado el uso de este interruptor en los dispositivos móviles. Se aborda el concepto de turismo como una demostración de poder económico, donde viajar se convierte en una muestra de cumplimiento de deseos. Se reflexiona sobre las inequidades económicas que limitan el acceso al turismo para gran parte de la población. Se critica la actitud del turista como consumidor exigente y poco empático. Se mencionan los productos y aparatos diseñados para hacer la vida del turista más cómoda durante los viajes. Se destaca que ser turista implica sufrir incomodidades y contradicciones emocionales, además de contribuir a problemáticas como la gentrificación. Finalmente, se plantea el crecimiento poblacional y la capacidad limitada de los destinos turísticos para albergar visitantes. La Organización Mundial de la Salud ha declarado la viruela de los monos como una emergencia de salud pública de importancia internacional, siendo esta la octava vez que recurren a esta figura desde su creación en 2005. Sin embargo, estos anuncios han despertado críticas por su falta de transparencia y eficacia en los últimos años. A pesar de que el término ‘pandemia’ no está definido en la legislación sanitaria internacional, la viruela de los monos ha cumplido con los criterios desde al menos 2022. La declaración de emergencia implica recomendaciones temporales de la OMS, sin obligación de apoyo económico o donación de recursos. La falta de obligaciones legales en la respuesta a estas emergencias ha dejado a muchos países africanos sin suficientes vacunas para hacer frente a los brotes. A pesar de la declaración de la PHEIC, las consecuencias legales a nivel nacional son limitadas, lo que pone en evidencia la dependencia de la solidaridad entre países para abordar estas crisis sanitarias. Aunque la directora del Centro de Ciencias de la Salud y Seguridad Mundial de la Universidad de Georgetown ve la declaración como una oportunidad para la equidad, existe escepticismo sobre si realmente impulsará una respuesta coordinada. Mientras tanto, la falta de transparencia en las decisiones de declarar una PHEIC ha generado críticas y llamados a compartir más información sobre el proceso. La falta de impacto social estudiado y la parálisis en implementar acuerdos internacionales reflejan la necesidad de evolucionar para abordar eficazmente estas amenazas biológicas. En definitiva, la situación actual con la viruela de los monos resalta la importancia de la colaboración global y la necesidad de mejorar la gobernanza en salud pública.

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